Ubicación : | PI370.15/MOL | Autores: | Molina Quispe, Laura Isabel, Autor | TÃtulo : | Programa de educación para la paz con estudiantes de primero, segundo y tercero de secundaria de la Unidad Educativa Rvdo. Oliverio Pellicelli de la Ciudad de YacuibaFuente : | Tarija [BO] : UAJMS, ene. 2016, 17802 | Notas : | Incluye bibliografía
Incluye CD-ROM
| Temas : | ADOLESCENTES - EDUCACION, ADOLESCENTES - PERSONALIDAD, ADOLESCENTES - ACTITUDES, UNIDAD EDUCATIVA - OLIVERIO PELLICELLI, YACUIBA - CIUDAD | Resumen : | SIN RESUMEN
INTRODUCCION.- La coyuntura actual del país está teñida por la intolerancia a aquel que es distinto, la desigualdad y el enfrentamiento, esta situación plantea la necesidad de accionar en consecuencia para así generar un cambio positivo a nivel estructural dentro del colectivo boliviano. En la medida que se equiparen las oportunidades para las personas y se respete el derecho personal de cada ciudadano, la justicia sea para todos y cada persona sea responsable de la construcción de un país mejor, se podrá superar la cultura de violencia que la sociedad ha naturalizado.
La Cultura de Paz, planteada desde la Fundación UNIR (2013), se caracteriza por la vigencia de los Derechos Humanos individuales y colectivos, la democracia representativa y participativa, por un orden económico justo y equitativo que posibilite el desarrollo humano sostenible. Es un proceso y no un fin, es permanente en el tiempo, permite visibilizar las capacidades de los actores involucrados y potenciarlas a fin de gestionar positivamente las relaciones humanas.
Uno de los brazos articuladores en la construcción de una convivencia pacífica, es sin duda la educación. Los procesos educativos que promueven la Cultura de Paz son uno de los grandes desafíos de la actualidad; insertar programas de convivencia pacífica y restauración de valores, todo esto implica un compromiso por parte de la comunidad educativa que no solo debe desarrollarlos, sino también innovar en el proceso de enseñanza – aprendizaje, potenciar las capacidades de todos los involucrados dentro de los centros educativos e incluir la participación activa de la comunidad en cada momento.
La UNESCO (1995), insta a los estados que desde la “políticas educativas se debe contribuir a fomentar el entendimiento, la solidaridad y la tolerancia de los individuos y entre los grupos étnicos, sociales, culturales y religiosos y entre las naciones soberanas”. Promueve la necesidad de generar dentro de los espacios educativos el ejercicio de la tolerancia, el respeto por el otro, la práctica de la democracia y el reconocimiento y riqueza de las identidades culturales.
Hoy, la violencia es visible en el ámbito escolar de manera impune, las iniciativas coercitivas impuestas por las autoridades y educadores no son suficientes, es necesario entrar al aula y acercarse a los estudiantes desde sus experiencias para poder construir conjuntamente un espacio de convivencia armónica que es brinde seguridad y confianza en el entorno escolar y que pueda ser replicado en el círculo familiar y social más próximo.
La adolescencia es un momento de quiebre en el desarrollo de la persona, allí se construyen los roles sociales y por lo mismo es fundamental brindar a este grupo todas las herramientas disponibles y desarrollar sus capacidades dialógicas y de resolución de conflicto de manera positiva.
La realidad en que estamos sumergidos, amerita una intervención creativa desde la Educación para la formación de ciudadanos comprometidos con el bien común, concientes de las necesidades de la comunidad y formados en valores que promuevan una convivencia pacífica en todos los niveles. En el presente, el rol de la Educación para la Paz es trascendental para generar cambios estructurales y culturales en esta sociedad afectada por la desigualdad y los intereses individuales.
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